30 años después, se jugó la otra final

En el mismo escenario donde Argentina logró su primer título mundial se realizó ayer un homenaje a los detenidos-desaparecidos bajo el lema "la otra final". Agrupaciones defensoras de los derechos humanos y ex jugadores del seleccionado argentino campeón del Mundial 78, llevaron a cabo este acto en el cual se destacaron los intentos de aquel gobierno de facto por ocultar tras el manto de un hecho deportivo los atroces sucesos que luego fueron de público conocimiento.

Con un acto en horas del mediodía en las puertas de la ESMA y que continuó con una marcha hacia el estadio que realizaron familiares, ex detenidos y organizaciones sociales, arrancó el evento de "la otra final".

"hace 30 años, la dictadura utilizaba el deporte para imponer el terror. Los argentinos siguen teniendo pasión por el deporte y a los asesinos se los pone en la cárcel. Me niego a pensar que una dictadura pueda adormecer al pueblo", señaló el secretario de deportes de la nación, Claudio Morresi, quien dio el discurso de apertura. A continuación, dirigentes de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, junto con el titular de la CTA, Hugo Yasky, y el Premio Nobel de la Paz, Carlos Pérez Esquivel, dieron la vuelta olímpica acompañados por Leopoldo Luque, René Houseman y Ricardo Villa.

El encuentro, que se desarrolló por espacio de 40 minutos y que terminó con un empate de 1 a 1, fue seguido por las Madres y Abuelas desde la platea baja de la tribuna San Martín, justo debajo del Palco Oficial donde los integrantes de la Junta Militar, Jorge Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera, y Orlando Agosti, gritaron los goles del seleccionado nacional contra Holanda, mientras a pocas cuadras de allí, en el centro clandestino de detención de la ESMA, se torturaba a miles de compatriotas.